El Miércoles de Ceniza supone el inicio de una revisión en profundidad de nuestra vida, un proceso que permite la purificación y la conversión, un tiempo de gracia.
Aunque la imposición de la ceniza se hacía en cada una de las seis eucaristías celebradas a lo largo de la jornada, una buena parte de miembros de los diferentes grupos parroquiales y fieles en general se congregaba en la misa de las 20.30 horas. Era el segundo día del Solemne Quinario en Homenaje, Veneración y Gloria de Nuestro Padre Jesús Nazareno de la Santa Faz y presidía la celebración el párroco, D. José Juan Jiménez Güeto.
Las cenizas que se utilizan este día provienen de la quema de las palmas y ramos que se bendicen el Domingo de Ramos del año anterior. La tradición invade este día que viene marcado por el ayuno y la abstinencia.
La Cuaresma es un regalo, un desierto, una experiencia de mirada al interior que culminará con la luz de la Pascua. Ojalá estas semanas sean de especial provecho para la reconciliación.