Historia

Introducción histórica de la Iglesia Parroquial de San Juan y Todos los Santos (La Trinidad)

La céntrica y popular parroquia de la Trinidad es el resultado de la fusión de tres instituciones religiosas: el antiguo convento de la Trinidad y las parroquias de Omnium Sanctorum y de San Juan de los Caballeros. Esta fusión se llevó a cabo en dos etapas: primero se refundieron las parroquias y luego, a finales del XIX, se produjo el cambio de sede a la antigua iglesia conventual, mientras que el resto del edificio pasó a ser cuartel. La mayor parte de su patrimonio pertenece a los siglos XVIII y XIX.

La que fuera parroquia de Omnium Sanctorum es considerada también como fundación fernandina. Se aprovechó para su establecimiento, como en otros casos similares, el edificio de una antigua mezquita, pero nada sabemos de su estructura ni de los objetos de culto que pudo tener. Por lo que respecta a la iglesia de San Juan de los Caballeros de Jerusalén, se sabe que fue parroquia de su collación, pero apenas se conoce el ajuar litúrgico que poseyó.

En la tarde del 13 de febrero de 1.799, por orden del prelado D. Agustín de Agustín y Landa, se refundieron en una sola ambas parroquias, según consta en la última página del Libro de Bautismos Nº 5 y 6 perteneciente a la parroquia de San Juan de los Caballeros. Pero a raíz de las sucesivas desamortizaciones que se produjeron a lo largo del XIX , y a causa del deterioro que presentaban ambos templos, se optó por concentrar las parroquias en una sola y trasladar la sede a la iglesia del convento de la Trinidad, que era el edificio de mayor prestancia. Este traslado se hace realidad el 26 de septiembre de 1.876, según decreto que se conserva en el legajo correspondiente a las Cuentas de Fábrica del referido año (Caja nº 20):

Palacio Episcopal de Córdoba a 26 de setiembre de 1876.

Vista esta instancia y tomando en consideración las razones expuestas venimos en conceder nuestra autorización para la traslación de la Parroquia de San Juan y Omnium Sanctorum desde la Iglesia que hasta hoy ocupó hasta la del suprimido Convento de PP. Trinitarios intramuros de esta Ciudad; y al efecto autorizamos al Ecónomo exponente para nacer en ella las obras de reparación indispensables con los recursos de que dispone la fabrica debiendo ser las de arte dirigidas por personas facultativas á fin de que correspondan al templo y al objeto á que se destinen, y mandarnos oportunamente cuanta de las ejecutadas y de la traslación; antes de la cual deberá hacer inventarios por duplicado de las imágenes y demás objetos que queden en la hoy iglesia parroquial, y dar á la traslación la correspondiente publicidad por los medios ordinarios.

Lo decretó y firma el Excmo é Ilmo. Sr. Obispo, mi Sr. De lo que certifico.-

(Firma del Sr. Obispo).

El antiguo convento Trinitario es fundado por orden de Fernando III el Santo al año siguiente de la conquista de la ciudad, es decir en 1.236. Poseemos la transcripción del acta de la fundación del convento según consta en el folio nº 1 del Libro de Protocolos de la Orden de la Santísima Trinidad de Redentores Calzados fechado en 1746, que literalmente es el siguiente:

LEGAJO PRIMERO.
EN EL NOMBRE DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD.
FUNDACIÓN DE ESTE REAL CONVENTO.

Este Real Convento de la Ssma. Trinidad de Redemptores Calzs de ésta muy noble, y muy leal Ciudad de Córdova lo fundó el señor San Fernando Rey de Castilla y de León Vrs. el año de él Señor de mill Doscientos y treinta y seis, haviendo ganado él año antecedente, que fue él de mill Doscientos y treinta y cinco, ésta dcha Ciudad, y por su Real Privilegio Rodado hizo cierto repartimiento de tierras, y én el adjudicó para esta mesa Conventual la mayor parte de él Cortijo, que llaman de Trinidades, cuios linderos, cita de Instrumentos, cerramientos, y demas, que sobre éste âsumpto áy, constarán a el folio quatro de éste Protocolo, por cuia memoria, y reconocimiento de todo lo referido se celebra éste Reverenda Comuidad todos los años én su propio día, que és él treinta de mayo, con repiqs, vísperas, missa Cantada con Diáconos, y sermón, y éstá colocado en el Altar Mayor, y Portería de éste dicho Real Convento, y gravadas én élla las ármas Reales.

Sabemos por Orti Belmonte que se encontraba ruinoso en el siglo XVI. Tampoco nos ha llegado nada de la reconstrucción del quinientos. En los años finales del XVII la iglesia de los Trinitarios se encontraba en un estado bastante deplorable, hasta el punto de que se hacía preciso emprender nuevas obras. Gracias a fray José de la Rocha, trinitario muy vinculado al Padre Posadas, volvió a repararse profundamente la iglesia y así consta en la lápida conservada en la capilla del Bautismo.

Las obras dieron comienzo en la década final del seiscientos y en 1.705 estaban terminadas, según consta en el acta de bendición de la nueva iglesia (Libro de Protocolos, Fol 2):

LEG. 1.
DEDICACIÓN DE LA IGLESIA.

El Sabado seis de Junio del año pasdado de mill setecientos y cinco, vispera dela Sanctíssima Trinidad se vendijo la Iglesia nueva de éste Real Convento dela Sanctísima Trinidad De Redemptores Calzados de Córdova por él Padre Presentado Fray Pedro Faxardo siendo Ministro de ésta casa (que murió siendo Obispo de Buenos Ayres, én el Reyno del Perú). La qual dicha Iglesia, después de muchas ruinas, y reedificaciones, últimamente se labró sacándola toda de zimientos, menos la campilla mayor antigua, que estaba énel sitio, que és aora choro, y én ella el entierro que era de la Marquesa delos Trujillos, y por su muerte seacavó la Linea, y oí no reconoce éste dicho Real Convento poseedor alguno de dicha Capilla Mayor, én cuio sitio, que ante era choro vajo, más angosto que él cuerpo de la Iglesia estaba el Bueco, y entierro de la casa de los nobilísimos Caballeros Cordovas, Carcamos; y dicha Iglesia por la parte que mira aél Claustro tenía dos Capillas, una de la Sancta Lucía, con su bueco, y entierro de Don Juan de villarán, y sus herederos; y ótra de ntra Señora delos Remedios, con su bueco, y entierro de Dn. Joseph Carlos Guaxardo Faxardo, cuía casa y mayorazgo tiene obligación de dar én cada un año seis arrobas de Aceyte pa. que ésté encendida perpetuamente una Lampara / ántra. Sª. Además de la que áde árder de órden de éste dho Real Convtº. – Duró la óbra de ésta Iglesia nueva Diez años; y seácavó á solicitud ciudado, y dineros del Reverendo Padre Maestro Fr. Martín Moreno, calificador, que fue del Sancto / Ôficio, Ministro quatro veces de ésta casa, Definidor, y visitador de Provincia; y asimismo con la/ aplicación y limosnas de ótros muchos hijos de este dcho Real Convento, y én especial con las que solicitó él gran zelo del Venerable Padre Presentado Fr. Joseph de la Rocha, varón insigne én virtud y Letras, quien dio principio áesta Óbra, y murió dejándola én las Cornizas…

Aunque no se conoce el autor, se ha apuntado la posibilidad de que las trazas de deban al maestro Francisco Hurtado Izquierdo.

En la feligresía de esta parroquia se hayan instituidas distintas iglesias, monasterios y capillas como son:

La Iglesia de San Juan de los Caballeros, actual Capilla del Colegio de las Esclavas del Sagrado Corazón

Este templo era originariamente la parroquia que daba nombre a la collación creada por Fernando III en los años posteriores a la conquista de la ciudad.

Según algunas fuentes la iglesia fue absolutamente transformada en 1.637, siendo obispo Fray Domingo Pimentel, y más tarde en 1.799 cuando el prelado Agustín de Ayestarán y Landa , mandó agregar a ésta la feligresía de Omnium Sanctorum.

El edificio se encontraba en muy malas condiciones en la década de 1.870, por lo que a fines de la misma se decidió trasladar la sede parroquial al exconvento de la Trinidad. En 1.880 se entregó la iglesia a la Congregación religiosa de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, quienes la incorporaron a su colegio. Por entonces se colocó también en la fachada la imagen del Corazón de Jesús.

A pesar de las reconstrucciones, mantiene la estructura general de templo mudéjar con tres naves y cabecera plana y triple. Las primitivas cubiertas lignarias de las naves fueron sustituidas por otras de arista. A los pies, junto a la puerta de ingreso, puede verse la torre islámica. La fachada principal está situada a los pies y presenta un vano de medio punto flanqueado por columnas sobre los altos basamentos que sostienen un entablamento y un frontón partido con hornacina donde se aloja un busto del Sagrado Corazón. En el lado izquierdo hay otra portada, de sencillo esquema adintelado que remata con un frontón partido.

Entre las piezas de ajuar que han llegado a nosotros no hay obras medievales. Sí se conservan algunas correspondientes a la etapa barroca; en el ábside izquierdo hay un templete con sagrario, datable a finales del XVIII, en cuyo interior se aloja una talla de la Inmaculada de la misma época. Por lo que se refiere a las pinturas que cuelgan de los muros, hay que citar la Epifanía, que copia un grabado de Rubens, y la aparición de la Virgen del Rosario a Santo Domingo y Santa Rosa, consideradas del XVII. Ya del XVIII son el Jesús con la cruz a cuestas, San Francisco en oración, la Aparición del Niño Jesús a San Antonio, San Acisclo y Santa Victoria y la Virgen con el Niño, todos ellos anónimos de escuela local. El lienzo de la Inmaculada situado en el muro derecho es obra firmada y fechada por Antonio de Torres en 1.724.

En 1.980 al cumplirse el centenario de la cesión del templo a las Esclavas se realizaron en la iglesia importantes obras de reforma encomendadas al arquitecto Francisco Raya. Fruto de estos trabajos son una serie de obras de estética contemporánea que han venido a enriquecer el patrimonio de la iglesia. En el presbiterio se ha dispuesto una estructura arquitectónica a dos niveles, uno inferior donde se ve al Crucificado y otro superior en forma de medio punto en el que figura la Santa Cena, obra de escuela cordobesa de hacia 1.600, que estuvo antaño en la capilla del Sagrario.

El ábside de la derecha se transformó en una capilla de bóveda semiesférica apoyada sobre pechinas. Están decoradas con inscripciones alusivas a la fundadora de la congregación. El muro frontero se adorna con una escena, obra de Eduardo Corona, en la que se representa la aparición de la Custodia a Rafaela María. En el atrio se han colocado unos azulejos alusivos a la fundadora, Santa Rafaela María de Porras, realizados por Tomás Egea Azcona.

La Iglesia del Hospital de Jesús Crucificado

Perteneció a un hospital, fundado en 1.497, que pasó a ser convento dominico en 1.508, bajo la protección de los Marqueses del Carpio. Sufrió exclaustración, fue usado como cuartel y modernamente ha sido transformado por completo. Sólo se conserva bien la iglesia, estando muy alterado el resto de la construcción, que acoge un asilo de ancianos regentado por las Hermanitas de los Ancianos Desamparados. Tiene una sencilla portada exterior del XVII en la calle Leiva Aguilar, adornada con la imagen de Santo Domingo de Guzmán, que tiene a los lados las armas de los marqueses del Carpio.

En el antiguo edificio conventual quedan también algunos vestigios, como son los capiteles reutilizados del claustro principal y la fuente octogonal con la siguiente inscripción: “En 1569 siendo Corregidor el Muy …Cisnero Zapata… Hízose… Siendo Priora doña Isabel de Haro…”.

El templo comenzó a construirse en 1.546 bajo el patronato de Diego López de Haro, que costeó la iglesia a cambio de reservar para enterramiento familiar la capilla mayor. Es de tipo conventual, de nave única y capilla mayor cuadrada. Tiene la peculiaridad de que tanto una como la otra se cubren con artesonado de madera a la manera mudéjar. Sin duda, los mejores artesonados que se conservan en la ciudad. El de la nave cubre igualmente el coro alto, mientras que el coro bajo se techa en plano, con vigas y largueros fechados en 1.587. La solera del gran artesón lleva una inscripción ya de difícil lectura. La armadura de la capilla mayor es ochavada y muestra en el centro las armas de Gracia de Haro, obispo de Málaga. Sufrió una reforma, de la que da fe una inscripción fechada en 1.704.

El retablo mayor fue realizado en 1.709 con destino a la capilla de Villaviciosa de la Catedral. Se compone de bando, cuerpo de cuatro columnas y ático. En sus calles se disponen diversos lienzos que representan la Adoración de los Pastores, la Epifanía y, en el ático, la Asunción de la Virgen flanqueada por San Pedro y San Pablo. Son obra del pintor y violinista Juan Pompeyo.

La mayor parte de las pinturas son del siglo XVII y de talleres locales. Destacan en el presbiterio las de Jesús del Perdón en la visión del padre y el Ecce Homo, y a lo largo de la nave, los componentes de un Apostolado de fines de siglo. Distribuidos por la misma se hallan también algunos retablos de comienzos del XVIII, entre los que cabe señalar el de San José con el Niño, que tiene a los lados relieves del Bautista y San Jerónimo.

El Colegio de San Roque

San Juan de la Cruz estableció en este lugar de la calle Buen Pastor el convento cordobés de carmelitas reformados en 1.586. Una lápida colocada en la fachada de la casa conventual en 1.942 recuerda el suceso: En Esta Casa Cuando Fue Convento De las Descalcez Carmelitana Vivió San Juan De La Cruz 1586-1942 Cuarto Centenario De Su Nacimiento. Está enmarcada por una vieja portada gótico humanista de primer tercio del XVI que es lo más antiguo que se conserva de la primitiva fundación.

Los carmelitas descalzos abandonaron este lugar en 1.613 cuando abrieron el convento de San José en las Ollerías. En su lugar se instalaron poco después los carmelitas observantes, que lo destinaron a colegio hasta que la institución fue suprimida en la exclaustración del XIX. La iglesia fue convertida en cochera y el convento en corral de vecindad. Posteriormente fue cedida a las Madres Filipenses para colegio. Actualmente es la sede de la residencia de mayores “San Juan de la Cruz” perteneciente a la Obra Pía de la Santísima Trinidad.

El claustro, al que se llega desde la calle, es una construcción del siglo XVII, de dos plantas, con arquerías sobre columnas toscanas, aunque los vanos altos están tapiados. En el suelo consta la fecha de 1.891, alusiva a la última reforma importante. Se ven aquí cuadros de Cristo injuriado por los sayones del XVII, que copia un grabado flamenco, y el Descendimiento, de estética barroca. En la planta alta, a la que se sube por una escalera cubierta por bóveda poligonal con linterna, se acondicionó un oratorio presidido por uno de los retratos más antiguos de San Juan de la Cruz, en recuerdo del fundador.

Desde el claustro se entra a la iglesia por un hueco cerrado por las puertas de madera tallada que pertenecieron a la vieja sacristía. El templo es de cruz latina de brazos cortos, con cubierta de cañón; éste se alivia con lunetos y arcos fajones que descansan en guardamalletas. Tiene coro alto a los pies. El interior es tan sobrio como el exterior, donde apenas destaca, en un ensanche de la angosta calle, la humilde portada con pilastras y frontón partido y un moderno azulejo con el Buen Pastor.

En el presbiterio, que carece de retablo, hay restos de una sillería coral del XVII. Lo demás se resuelve con retazos de retablos barrocos recompuestos e imágenes modernas. Destaca acaso el pequeño retablo del XVIII dedicado a San José con el Niño. En otro retablo recompuesto, una Dolorosa de vestir del XVIII, y en una mesa de altar la imagen actual, también de vestir, de María Santísima de las Penas y Rocío.

BIBLIOGRAFÍA

  • ARCA GRUPO: CÓRDOBA CAPITAL . VOLUMEN 2 COLECCIÓN EDITADA POR LA CAJA PROVINCIAL DE CÓRDOBA, CÓRDOBA, 1.993,
  • ARCHIVO HISTÓRICO DE LA PARROQUIA DE SAN JUAN Y TODOS LOS SANTOS.