Templo

Descripción del templo

En planta se nos ofrece una iglesia de nave única, con crucero apenas esbozado y cabecera rectangular. El crucero se cubre con una cúpula sobre pechinas, mientras que el resto de la iglesia lo hace con bóveda de cañón con lunetos.

En alzado muestra pilastras decoradas con placados por encima de las cuales cuelga una moldurada cornisa que recorre todo el perímetro del templo. Sobre las pilastras montan los arcos formeros que articulan los tramos de la nave. Entre ellos se disponen medios puntos donde se alojan los altares. La sacristía ocupa todo el ancho del presbiterio y es de planta rectangular, mientras que el coro está situado en alto y a los pies. La bóveda del sotocoro se adorna con pinturas murales representando motivos heráldicos y florales que se fechan en 1707. En este espacio hay también una pequeña e interesante portada pétrea que adorna la subida al coro.

Las dos portadas que permiten el acceso al templo se construyeron en el XVIII. La principal se encuentra situada a los pies y se terminó en 1.703. Está formada por pares de columnas que sostienen un frontón partido por encima del cual hay una hornacina flanqueada por columnas salomónicas, donde se encuentra una talla de un ángel con hábito trinitario socorriendo a cautivos. Junto a esta portada se alza la espadaña, cuya estética responde plenamente a los modelos seiscientistas.

La portada que abre al costado derecho de la nave es de esquema adintelado, con una hornacina en la que se aloja la escultura del fundador San Juan de la Mata dando limosna a los pobres. Tanto en ésta como la principal se ha supuesto la intervención de Hurtado Izquierdo.

A los pies del templo se encuentra la única capilla que posee el recinto, que estuvo originalmente dedicada al Ave María y hoy se conoce como la capilla del Bautismo. Presenta planta rectangular cubierta por bóveda de cañón con lunetos. Probablemente fue construida en el tercio final del XVII y se adorna con un retablo de estípites del primer tercio del XVIII con imágenes devocionales.

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Retablo Mayor

La iglesia posee un notable conjunto de retablos fechables en el siglo XVIII. El retablo mayor fue concertado entre el maestro Juan Fernández del Río y el prior fray Juan de Toro en 1724. Esta máquina, que llena el testero, presenta un orden colosal de columnas salomónicas sobre el que descansan la volada cornisa y el ático. Se adorna con esculturas de San Juan de la Mata y San Félix de Valois en el cuerpo inferior, y de Santa Catalina y Santa Inés en el superior, todas realizadas por el propio Fernández del Río.

La calle central en la zona inferior presenta una estructura peculiar, ya que la parte del sagrario se dispone a modo de cámara, con acceso desde la sacristía; este espacio va decorado con pinturas murales, debidas a Antonio Palomino, que representan motivos de Antiguo Testamento alusivos a la Eucaristía. Las puertas que cerraban este espacio estaban decoradas con las pinturas de San Pedro y San Pablo, trasladadas al nuevo salón parroquial. Por encima del sagrario hay un templete con la hermosa talla de la Virgen del Coro, obra del círculo de Alonso Gómez de Sandoval. En el ático se ve un relieve de la Virgen coronada por la Trinidad. En el presbiterio se conserva además parte de la sillería de coro, de líneas sencillas.

Retablo Cristo de la Salud

Hacia 1.730 se fechan los dos retablos que adornan el crucero; el de la izquierda aloja en el centro la imagen manierista del Cristo de la Salud, fechada hacia 1590, perteneciente actualmente a la hermandad del Vía Crucis. A los lados hay otras dos imágenes de talla representando al Cristo del Escarnio, también de estética manierista y a la Trinidad, fechable en el siglo XVIII. El ático del retablo guarda un lienzo que representa el Descendimiento, obra de la escuela cordobesa del siglo XVII.

Retablo de la Virgen de los Remedios

El retablo del lado derecho se estructura con estípites, y las imágenes que lo adornan corresponden a épocas diferentes. La talla más antigua es la de la Virgen de los Remedios, que ocupa el templete central, fechable en el tercio final del Cuatrocientos. A los lados aparecen las de San Fernando, San Rafael, Santo Trinitario y Santa Lucía, sin duda la mejor de las cuatro, obra de Alonso de Mena de la primera mitad del XVII. En el ático puede verse un lienzo del XVIII con la Aparición de la Virgen a San Antonio.

Retablo de la Divina Pastora

En la década de 1.760 se realizaron los dos retablos que figuran colocados en mitad de la nave, uno a cada lado. El de la izquierda está dedicado a la Divina Pastora y se fecha hacia 1.765. En los laterales del retablo se ven las imágenes de los santos Andrés y Antonio de Padua, aunque desconocemos cuál fue el primitivo titular. Al anexionarse la parroquia de San Juan de los Caballeros se colocó en el altar el grupo escultórico de la Divina Pastora, fechable en la primera mitad del setecientos. Iconográficamente deriva de los modelos pictóricos popularizados por el artista Alonso Miguel de Tovar, ajustados a las indicaciones del capuchino Fray Isidoro de Sevilla, promotor de esta devoción en tierras andaluzas.

Retablo de San José

El retablo situado enfrente fue hecho en estuco por Alonso Gómez de Sandoval en 1.769. Lo costeó el platero Damián de Castro, a quien también se le debe el diseño que destaca por la movilidad de su esquema y por los efectos de policromía. En la mesa de altar lleva una inscripción que dice: Este Retablo, Repisa y Grada Se Hizo A Devoción y Expensas del Sr. Don Damián de Castro. Año 1769. El centro lo ocupa la imagen de San José. En los lados aparecen los santos Cosme y Damián, y el ático alberga una pequeña talla de San Rafael.

Altar de Santa María de Todos los Santos

Sigue el altar dedicado a Santa María de Todos los Santos. Esta imagen tuvo altar situado en el sotocoro, el primero en el sitio de la epístola, donde actualmente se encuentra Nuestra Señora de Fátima. Al final de los años setenta pasó al altar del Santo Cristo de la Salud hasta el año 2013 cuando el Grupo de Oración de Santa María de Todos los Santos, fundado en la parroquia el 21 de julio de 2011, le realiza uno propio, dispuesto en el arco ciego escalonado situado entre el retablo de San José, junto al cancel lateral de la iglesia, y el sotocoro.

El altar es de estilo neo-renacimiento, en escayola cerámica tipo alfamolde. La estructura fue realizada por Prefrabicados Artísiticos Caligal y la pintura decorativa y mármoles por Manuel Tienda Moreno en 2013. Está formado por banco con frontal ricamente policromado con elementos florales. Cartela central de forma circular rematada por un ángel querubín en cuyo interior y sobre fondo de nubes se inserta el símbolo de María. La base inferior o zócalo y la superior, se encuentran marmoreadas.

Cuerpo central con dosel de fondo en pintura decorativa y resplandor de madera dorada del siglo XVIII, enmarcado por dos grandes baquetones marmoreados que entre su calle dejan a la vista jarrones frutales, y dos ángeles lampadarios en madera tallada y policromada de la autoría de Manuel Luque Bonillo en 2013.

Sobre peana marmoreada, dorada y pintada, ocupando la hornacina, la imagen dieciochesca, en madera tallada y policromada, de Santa María de Todos los Santos, restaurada en 1980 por Miguel Arjona Navarro, y en 2012 por Enrique Ortega y Rosa Cabello Fernández.

Altar Jesús Nazareno de la Santa Faz y María Stma. de la Trinidad

La Hermandad de la Santa Faz, que está eregida canónicamente en la parroquia desde el año 1982, en que se fundó, ha obrado en el año 2013 un altar en el arco ciego situado en el lado del Evangelio entre los altares del Santo Cristo de la Salud y la Divina Pastora, en el frente del cancel de entrada lateral de la nave de la iglesia desde la calle Lope de Hoces. En dicho altar se rinde culto a las principales imágenes titulares de la hermandad. En el centro, sobre peana, se eleva la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, obra del imaginero sevillano Antonio J. Dubé de Luque en 1988; a su derecha Nuestra Madre y Señora María Santísima de la Trinidad y a su izquierda la Santa Mujer Verónica, ambas del imaginero cordobés Antonio Salto Román, realizadas en el año 1989 y 1988 respectivamente.

Este altar está realizado en escayola prefabricada y policromada; consta de mesa de planta cóncava a la manera del altar de San José con guirnaldas doradas y cartela central y sobre ella un tablero de madera. Sin modificar el escalonado del arco se han colocado molduras de escayola prefabricadas en disposición de medio punto y policromadas. En la parte plana entre los arcos se han dispuesto piezas de madera dorada. El fondo es de tela de damasco rojo.

Anteriormente, a las imágenes de Jesús Nazareno y María Santísima de la Trinidad se les rendía culto en el sotocoro, en los altares que hoy ocupan las imágenes de San Simón y San Judas.

Altar del Stmo. Cristo de la Providencia

Por encargo de la parroquia – con destino a la Obra Pía fundada por el recordado párroco Antonio Gómez Aguilar – esculpió en 1.987 el imaginero Luis Álvarez Duarte la talla del Santísimo Cristo de la Providencia, uno de los pocos modelos de crucificado debidos a este artista.

Esta talla se encuentra en un altar del lado del Evangelio entre el altar de la Divina Pastora y el sotocoro. Es de estilo Neo Barroco, en madera tallada y dorada realizada por Andrés Valverde Luján (talla) y por Ángel Varo Pineda (dorado) en el año 2013, por encargo de la Fraternidad del Cristo de la Providencia.

Retablo formado por banco con antiguo frontal de altar barroco en madera dorada, siglo XVIII, perteneciente a la parroquia, con cartela central en la que se representa la figura del Agnus Dei.

Cuerpo central con fondo tapizado en tela de damasco y enmarcado por baquetones paralelos en madera dorada que descansan sobre pilastras, ambos provistos de macollas decorativas. En la entre calle, en madera dorada y policromada, se representan signos pasionistas; en la clave, anagrama de la Fraternidad. En el único cuerpo, la imagen barroca del Stmo. Cristo de la Providencia, realizada por el imaginero sevillano Luis Álvarez Duarte en 1986-87 y encargada para ser la imagen titular de la Obra Pía Stma. Trinidad, por don Antonio Gómez Aguilar.

Sotocoro

En el sotocoro se conservan también varios retablos setecientistas, que han visto sustituidos sus titulares originales por diversas imágenes. Actualmente los tres retablos situados a la derecha están ocupados por la Virgen de Fátima, San Simón y el Corazón de Jesús. El retablo del lado izquierdo tiene en el ático una pequeña pintura de la Virgen del Pilar y en la hornacina San Judas Tadeo.

Altar de San Miguel

En la sacristía se conserva otro retablo también dieciochesco, en el que hay una talla de San Miguel. En una pequeña repisa se ve un delicioso grupo en barro policromado que presenta a San José con el Niño. Es obra del artista granadino José Risueño y se considerado de su segunda etapa, datable entre 1693 y 1712.

Pinturas

Posee este templo también una estimable colección de cuadros de estética barroca, algunos de los cuales proceden de las parroquias anexionadas. La mayoría son obras encuadrables en el XVII, a excepción de lo pintado por Palomino para el sagrario, que se fecha ya en el XVIII. En la nave se hallan El Descanso en la huida a Egipto, considerado como réplica de taller del pintor Fray Juan Sánchez Cotán y San Francisco orando, obra anónima de escuela cordobesa.

Con Antonio del Castillo se ha relacionado el Bautismo de Cristo que figura en el ático del retablo de la Divina Pastora. En la sacristía hay otros dos lienzos que representan la Imposición de la casulla a San Idelfonso y la Virgen con San Bernardo. De finales de la centuria se consideran el Niño Jesús Dormido y la Aparición de la Virgen a un trinitario que se ven en el sotocoro.

En una pequeña sala adjunta a la sacristía se conservan tres bellos relieves marmóreos que representan el Sermón de la Montaña, la Trinidad y Cristo enviando a predicar a los Apóstoles, con la inscripción Docete Omnes Gentes. Estas obras se deben al escultor Amadeo Ruiz Olmos, cuya firma aparece en el primero.

Recientemente se ha habilitado en el piso alto de las dependencias parroquiales una sala para reuniones, que tiene planta rectangular y cubre con artesonado del XVIII policromado en verdes, dorados y blancos. En esta sala se exponen diversas piezas, tanto de pintura como de orfebrería. Entre ellas pueden mencionarse una demandadera decorada con motivos vegetales de la primera mitad del XVIII con punzones de la ciudad y del platero Taramas, un portaviático con marca de Torres y unas vinajeras doradas hechas por Vega en 1.826. Hay además algunas piezas provenientes de las parroquias anexionadas, como las vinajeras de plata en su color donadas en 1.806 a la Divina Pastora por Antonio Páez de Castillejo, que llevan punzones de Aguilar y Martínez. De la parroquia de Omnium Sanctorum procede un portapaz con Santo Tomás de Aquino, punzonado por Illescas y Castillo en 1.731.

En las paredes del salón parroquial cuelgan varias obras pictóricas, entre las que cabe reseñar el medio punto representando el Calvario con las almas del Purgatorio, la Adoración de los Pastores, estimable obra de escuela cordobesa de la primera mitad del XVII, los Apóstoles Pedro y Pablo, pintados por Antonio Palomino para las puertas del Sagrario y el Cristo atado a la Columna, atribuido por algunos a José Risueño (1.665 – 1.732).