Orígenes
Historia del Fundador de la Obra Pía Santísima Trinidad
Mons. Antonio Gómez Aguilar
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Nace en la villa cordobesa de Posadas el 5 de enero de 1927 en el seno de una familia de clase media. Su padre ejerce como procurador de los tribunales desarrollando una gran labor sobre las capas más humildes.
En sus años infantiles asiste a una escuela regentada por un sacerdote y en octubre de 1939 ingresa en el Seminario Conciliar de San Pelagio donde, con brillantes calificaciones en todos los cursos, estudia Humanidades, Filosofía y Teología. Realiza también varios cursos en el Instituto Social León XIII de Madrid. Recibe la ordenación sacerdotal el 25 se junio de 1950 y se incorpora a las tareas pastorales como coadjutor de la parroquia de San José y Espíritu Santo, de Córdoba.
Durante esta etapa simultanea su actividad sacerdotal con el desempeño de tareas docentes como profesor de religión en el instituto de enseñanza media “Luís de Góngora” de 1973 a 1979; y en el colegio de Santa Victoria de religiosas Escolapias entre 1950 y 1963. También imparte clases de la misma materia en la Escuela de Artes y Oficios “Mateo Inurria”. En los años cincuenta, es nombrado oficial de la Vicaría General y del Provisorato, y lleva la dirección espiritual de jóvenes de Acción Católica.
El 11 de julio de 1954 tras aprobar con la mejor calificación el concurso a parroquias, toma posesión de la de San José y Espíritu Santo, donde permanece hasta abril de 1963, desarrollando una gran labor que logra calar en la gente sencilla del Campo de la Verdad. En esta etapa se vincula en calidad de vocal al patronato diocesano de San Alberto Magno, llegando a ocupar los puestos de vicepresidente y de delegado episcopal A partir de 1964 pertenece como vocal, al patronato de Nuestra señera de la Fuensanta.
El año 1963 marca un hito importante en la vida de Antonio Gómez Aguilar pues tal año toma posesión de la parroquia de San Juan y Todos los Santos – Trinidad-. Aquí desarrollará grandes proyectos. El más importante, por su trascendencia, es la Obra Pía Santísima Trinidad que engloba distintos niveles de enseñanza y formación profesional, como la guardería “San José”, la guardería “Santa Cecilia”, el parvulario “Santa Cecilia”, el colegio de E.G.B. “Santísima Trinidad I, el colegio de E.G.B Santísima Trinidad II, las escuelas profesionales, y el colegio de B.U.P. Los centros educativos de la Obra Pía Santísima Trinidad están perfectamente impregnados del espíritu cristiano.
La atención a los ancianos es otro de los objetivos fundamentales de la Obra Pía, contando con la residencia de mayores de la calle Lope de Hoces y las de “Madre Maravillas” de enfermos crónicos, la del “Santo Cristo de la Salud”, y el hogar “Santa María Magdalena”. De igual forma, la Obra Pía cede en los años 1986 y 1989 unas casas en la calle Osio a los Hogares de Nazaret y otra en la de Barroso a los Hermanos de la Cruz Blanca. Destaca su labor como vice-consiliario de Cursillos de Cristiandad, llegando a impartir más de un centenar de cursillos.
En 1973 es nombrado Vicario Episcopal del Centro-Sur, durante el pontificado de Monseñor Cirarda Lachiondo. Entre 1974 y 1989 desempeñará el cargo de consiliario de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Semana Santa de Córdoba, donde realiza una importante labor en el plano espiritual, predicando innumerables quinarios y novenas, tanto a hermandades de penitencia como de gloria., También es consiliario de las hermandades del Vía Crucis del Santo Cristo de la Salud, así como de las de la Santa Faz y Sagrada Cena. Y “Cofrade Ejemplar” en 1989. Prueba evidente del aprecio a este insigne sacerdote es la concesión de “Cordobés del año” por votación popular en 1988.
El reconocimiento a esta gran labor realizada se plasma en la distinción de la que fue objeto el día 22 de julio de 1989 por la Santa Sede. En esa fecha es nombrado Prelado de Honor por S.S Juan Pablo II. En 14 de diciembre de 1990 se le concede la Cruz de plata de la Orden Civil de la Solidaridad Social, antigua Gran Cruz de Beneficencia, por orden ministerial, promulgada en la citada fecha, a propuesta de la Junta Parroquial de San Juan y Todos los Santos y apoyada, por el Obispo de la diócesis y por innumerables entidades religiosas, civiles y militares.
A la edad de 66 años y tras penosa enfermedad que supo llevar estoicamente al frente de su parroquia hasta seis días antes de su fallecimiento, entrega su alma al Padre Eterno, el día 8 de marzo de 1993.“Ha cumplido con el esquema de toda su vida cristiana, basándose en el espíritu de caridad y en el carisma evangélico. No tuvo jamás la intención de secularizar su actividad social, ya que todo lo hacía por caridad cristiana”; manifestó monseñor Infantes Florido en la homilía de la Eucaristía concelebrada por cien sacerdotes, el día de su fallecimiento.
Descansan sus restos mortales en la cripta parroquial, puesta en valor para tal fin, situada bajo el altar del Santísimo Cristo de la Providencia, titular de la Obra Pía Santísima Trinidad. Escogió la casa de Dios como la ultima morada de sus restos, a la espera de la Resurrección.