La eucaristía del domingo 17 de marzo se ha ofrecido por el eterno descanso del sacerdote D. Antonio Gómez Aguilar en el vigésimosexto aniversario de su fallecimiento.
Los restos de D. Antonio reposan a los pies del altar del Santísimo Cristo de la Providencia, desde que falleciera el día 8 de marzo de 1993. Cada año todos los grupos de la parroquia, residencias de la Obra Pía “Santísima Trinidad” así como personal de los centros educativos que fundara tan estimado sacerdote, se reúnen en torno a la eucaristía para orar por él y recordarlo.
La homilía ha girado en torno a tres puntos. En primer lugar, D. José Juan Jiménez hacía un comentario al evangelio que hoy correspondía a la Transfiguración. A continuación glosaba la vida de D. Antonio Gómez Aguilar, una vida de entrega en la que ha recordado de manera especial su labor desde que abriera la primera de las aulas en la calle Tejón y Marín. De esta obra permanecen los colegios que, aunque gestionados por la Fundación Diocesana “Santos Mártires” de nuestra ciudad a la que se encuentran cedidos temporalmente, pertenecen a la parroquia de San Juan y Todos los Santos; así como las residencias “San Juan de la Cruz” y “Santísima Trinidad” gestionadas por la Obra Pía Santísima Trinidad. Por último, una referencia al día del seminario que se celebra en la solemnidad de San José, 19 de marzo.
Un seminarista, Rafael, de catorce años, ha dado su testimonio a todos los presentes. Ha explicado el significado de la palabra “vocación” y ha contado cómo el Señor lo llamó a formarse para ser sacerdote hace dos años. Se ha de destacar la madurez con la que se ha expresado y cómo ha interpelado a todos a orar por las vocaciones y a colaborar en el sostenimiento del seminario.